Qué mejor que el arribo de la colorida y aromática primavera para proponer una renovación del hogar. Si bien es cierto que no podemos cambiar de decoración en cada estación, siempre podemos modificar pequeños objetos, cambiar de color las paredes o los textiles, o reemplazar aquel mueble que más lo necesita para darle un aire nuevo a la casa…
Lo primero que se piensa con la llegada de la primavera es renovar el jardín, con, por ejemplo, flores y plantas de estación, pero existen muchas más alternativas que podemos implementar, que son simples y accesibles para contagiar la frescura primaveral a todos los espacios del hogar.
Tornasol de matices
La pintura es fundamental a la hora de pensar en la decoración. El color base por excelencia es el fino blanco, en torno a él giran todos los aspectos ornamentales. También el beige en todas sus gamas y el gris, pudiéndose emplear en paredes, tapicerías y grandes superficies. El objetivo siempre es conseguir la máxima luminosidad y claridad posible.
Claro está que para romper esa sobriedad se pueden utilizar los colores más de moda de la época estival, como son los turquesas, en definitiva cualquier gama de azul, amarillos y rosas.
Estos pueden aparecer desde en unos almohadones que alegren el sofá, alfombras, toallas, ropa de cama, hasta objetos de decoración. Lo importante es esa pincelada de color.
Profusión de formas y colores
Esta temporada se convierten en protagonistas todos los tejidos ligeros y frescos, los naturales como el lino, la seda, el tul, el cachemir, delicadas superficies de punto, el crochet, también los guateados y acolchados.
Armonizando lisos y estampados se consigue un ambiente muy chic y alegre. Para estas combinaciones emplearemos un sinfín de formas divertidas que están de máxima actualidad, como son:
Flores: casi todas nos valen, grandes, pequeñas, románticas, provenzales,
Rayas marineras: en cualquiera de sus versiones, desde el clásico azul-blanco, pasando por el rojo, amarillo o negro.
Dibujos geométricos, cuadros escoceses y tartanes.
Topos: apuesta por unos llamativos lunares de colores.
Étnicos; desde motivos africanos hasta cualquier estampado animal.
Todo vale
Atravesamos una etapa ecléctica en la que casi todo suma. Se mezclan objetos de diferentes épocas y estilos. Desde la modernidad y elegancia de los años 50, el desenfado Pop de los 60, hasta los excesivos 80 o los florales y frescos años 90.
Todo unido pero siempre con cierto equilibrio y siguiendo unas reglas básicas de estilo, para no caer en lo estrafalario y excesivo, pudiendo entonces:
Decorar con Flores: Alegrar rincones de las estancias con el color y el perfume de las flores, pudiendo elegir entre una hermosa e innumerable variedad de especies.
Con flores en tiestos, vasos, copas, floreros, centros de mesa, como sea que las presentemos, las flores renuevan el ambiente.
Decorar con Frutas: Como con las flores, se puede adornar una mesa o un rinconcito en la cocina, con frutas colocadas en canastos o cestas. Su aroma y color también es un excelente adorno natural para el hogar.
Decorar con Velas: Las velas son otro recurso aromático y colorido que se puede aprovechar para llenar de vida una casa. Son un accesorio asequible con increíble variedad de modelos, se pueden utilizar en cualquier ambiente, y son muy versátiles.
Decorar con Rayas y Lunares: Aplicar rayas o lunares a cortinas, cojines, mantas, etc. puede ser otra forma de darle un toque primaveral y alegre a una estancia. Además textiles con rayas y lunares, en diferentes tamaños y combinaciones de colores se pueden conseguir muy fácilmente. Vemos como con pequeños detalles podemos hacer que la casa se renueve con el frescor y alegría que nos trae la primavera.
Como se podrá advertir, hay muchas ideas que no siempre implican grandes recursos monetarios y de tiempo, para reavivar el hogar esta primavera logrando que sea un espacio único y ameno.
