Estas letras nos revelan determinadas características de la personalidad de quien escribe. Se denominan “letras reflejas” porque cuando analizamos en detalle su estructura y ubicación en el espacio gráfico evidencian conductas, estados de ánimo y de salud tanto física como psíquica. Contribuyen a reforzar y confirmar particularidades halladas mediante el estudio del resto de los aspectos gráficos.
Las letras minúsculas del alfabeto tienen una significación especial y su análisis permite la comprensión profunda del inconsciente del que escribe, otorgándole al grafoanalista la “llave” de acceso a conflictos y características de la personalidad del escribiente.
El estudio de cada letra minúscula le permite al profesional abordar con profundidad los detalles más recónditos y conocer datos de gran importancia, que no siempre son reconocidos por la persona.
Las letras a y o representan la vida afectiva, es la expresión de los sentimientos más profundos del escribiente. Muñoz Espinalt aclara: “el óvalo representa la síntesis de la personalidad y es la expresión más acabada de nuestros intereses más arraigados” Manifiesta el grado de sensibilidad, sinceridad y reserva del escribiente.
La letra d refiere a la relación de pareja. Cómo son los ideales, cómo es la afectividad.
La letra e indica los contactos sociales, la manera en que el escribiente se relaciona con los demás, su forma de brindarse o las dificultades que esto le causa.
La g es la letra del sexo. Por medio del estudio de la misma podemos determinar conflictos en esta área. La libido sexual (tendencia primaria) tiene su localización gráfica en la zona inferior. El óvalo indicará los sentimientos y valores que al respecto tenga el escribiente.
La letra i indica la precisión de nuestros actos, la atención y concentración del escribiente. Sentido creador, agudeza intelectiva, espíritu progresista. ¿Dónde colocamos el punto?
La l: atañe a la inteligencia y al nivel de imaginación de la persona. Los pensamientos que influyen en la acción.
La m señala la armonía o discordancia entre el yo íntimo, familiar o social.
La letra p es la representación del arquetipo paterno. Sus características especiales marcan una buena o deficiente imagen del padre.
La t es la letra de la voluntad: decisión, iniciativa, fuerza y determinación. Nivel de voluntad. Esta letra nos entrega datos sobre su conducta y su lucha por la realización de ideales, concreción de metas y firmeza de posturas.
Afirmación personal y forma de proceder, además de la intensidad que se aplica en la realización.
La Letra v refiere el impulso de dar: nivel de sacrificio, abnegación, devoción y entrega del escribiente.
