Argentina vive un brote histórico de la enfermedad, con 106 muertos y más de 151.000 casos. Cuáles son los síntomas y cómo protegerse
Argentina atraviesa un brote histórico de dengue, con una cifra récord de 106 muertos y 151.310 casos en la temporada 2023/2024, según los últimos datos del Ministerio de Salud de la Nación. Actualmente, 19 de las 24 jurisdicciones del país registran circulación viral autóctona.
La temporada de dengue actual se caracteriza por un número de infecciones sin precedentes y por una suba de contagios que empezó antes de lo esperado: ya en enero se notificó una cantidad inédita de personas con la enfermedad para esa época del año. De los más de 150 mil casos confirmados de la infección viral, 325 casos fueron clasificados como dengue grave (0,21%).
El dengue es una enfermedad viral que se transmite al ser humano por la picadura de mosquitos infectados, en zonas de clima tropical y subtropical, sobre todo en las áreas urbanas y semiurbanas. El principal vector de la infección es el mosquito Aedes aegypti.
El cambio climático es señalado por especialistas como un factor que extiende la temporada del Aedes aegyptiy facilita la adaptación del insecto en regiones previamente no afectadas.
Síntomas y variantes
Hasta hace algunos años los profesionales de la salud diferenciaban la severidad de la infección clasificándola en dengue y dengue hemorrágico. En la actualidad, ya dejó de usarse este término y se distingue entre “dengue” y “dengue grave”.
El antes denominado Dengue clásico, se caracteriza por un cuadro febril agudo, de duración limitada (2 a 7 días), con intenso malestar general, (cefalea, dolor retro ocular, dolor muscular y dolores articulares), acompañado de erupción cutánea. El tratamiento es de tipo sintomático y el paciente mejora completamente al cabo de aproximadamente 7 días. Esta forma es benigna y no produce muertes.
El dengue grave puede manifestarse de formas variadas en los pacientes, que van desde hemorragias intensas, choque (shock) por dengue, o daños severos en órganos vitales que pueden desembocar en complicaciones como miocarditis, encefalitis o hepatitis.
Los signos de alerta del dengue grave suelen iniciarse 24 a 48 horas después de que ha desaparecido la fiebre, indican los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Si una persona presenta cualquiera de los siguientes síntomas, debe hacer la consulta en un centro médico de forma inmediata:
- Dolor o sensibilidad en el estómago
- Vómitos (al menos 3 veces en 24 horas)
- Sangrado por la nariz o las encías
- Vómitos con sangre o sangre en las heces
- Sensación de cansancio, inquietud o irritabilidad
¿Quiénes tiene más riesgo de dengue grave?
Una infección previa por el virus del dengue aumenta el riesgo de desarrollar dengue grave, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). El virus del dengue pertenece al grupo de los Arbovirus (virus transmitidos por artrópodos), del queexisten 4 serotipos llamados DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4.
Los grupos con factores de riesgo para desarrollar dengue grave son los menores de un año, las embarazadas y los adultos mayores de 65 años. También son más vulnerables las personas con comorbilidades, es decir con condiciones subyacentes como diabetes, obesidad, hipertensión, asma, coagulopatía, enfermedad hepática crónica, enfermedad hemolítica y enfermedad renal.
La infección por un serotipo, seguida por otra infección con un serotipo diferente, también incrementa el riesgo de una persona de padecer dengue grave.
Cómo prevenir el dengue?
El contagio no se produce de una persona a otra, ni a través de objetos o la leche materna. La prevención a través de la eliminación de criaderos de mosquitos y el uso de repelentes son medidas fundamentales para protegerse de la enfermedad.
La Fundación Mundo Sano señala que “la prevención o reducción de la transmisión del virus del dengue depende por completo de que se controlen los mosquitos vectores o se interrumpa el contacto entre estos y los seres humanos”. Es recomendable:
- Utilizar siempre repelentes, sobre todo en las últimas horas de la tarde y primeras de la mañana. Y repelentes ambientales como tabletas y espirales.
- Usar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
- Colocar mosquiteros en puertas y ventanas y, cuando sea posible, usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones.
- Proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras.
También existe inmunización contra el dengue. En abril pasado, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el uso de una vacuna contra el dengue para todas las personas mayores de 4 años, hayan cursado o no previamente la enfermedad.
Esa vacuna se basa en el virus del dengue 2, al que se añade ADN de los otros tres serotipos para proteger contra cualquiera de los cuatro tipos de dengue. Su forma de administración son dos dosis que deben ser aplicadas en un intervalo de tres meses.
Actualmente la OPS no recomienda que se incluya la vacuna del dengue en los programas de inmunización de los países.
Para los especialistas, el trabajo conjunto del Estado nacional, provincial y municipal con la comunidad en campañas de concientización y prevención de brotes es la única manera de frenar esta enfermedad.