La primavera es la estación ideal para plantearnos cambios en el jardín y así embellecer nuestro entorno y nuestra vivienda misma.
Cuando nos enfrentamos al papel traemos preconceptos e ideas que hemos visto alguna vez. Es la hora de crear nuestro propio paraíso. En el proceso experimentar opciones es lo más placentero de la tarea.
Si estamos hablando de un jardín existente y nos planteamos cambios para mejorarlo, lo importante es tener presente nuestro estilo de vida. Desechemos lo que no nos gusta de nuestro jardín actual.
Luego pensemos en que actividades queremos desarrollar, en el exterior de nuestra vivienda. Pensemos en espacios interesantes, mirando jardines que nos gusten.
Ideas: un lugar para leer retirado y tranquilo, un hilo de agua o pequeña fuente, la incorporación al diseño de un árbol que ya este implantado en el jardín, etc.
Ya sabemos que espacios queremos, ahora tenemos que pensar en cómo se conectan entre sí. Así nos quedaran organizados los recorridos o las leyes organizativas del conjunto. Al hacerlo podemos también jugar con texturas distintas, con materiales diferentes, con tramas o ejes diversos.
Para esto es útil recordar que podemos echar mano de ayudas al diseño como la simetría, el ritmo, la escala, etc. Esto organizara el conjunto determinando la relación entre las diferentes partes del conjunto.
Ideas: jardines formales de setos alineados, patios con un punto central, jardín con la yuxtaposición de dos tramas una ortogonal y rígida, superpuesta a una red de caminos serpenteantes que cruzan la trama rígida, creación de recorridos marcando una dirección por ejemplo desde el ingreso hacia un muelle o hacia un mirador, etc.
No hay que olvidarse que hay especies vegetales que siempre nos gustaron y queremos incorporar, o que queremos deshacernos de otras, que no nos agradan o no funcionaron en nuestro clima.
Este proceso es interactivo cualquiera de estos pasos puede ser, de igual manera, el primero o el ultimo, o volver permanentemente hacia atrás y adelante en un ida y vuelta.
Hay que tener presente que las plantas que incorporemos hoy, tendrán a futuro el tamaño propio de cada especie y esta debe ser compatible con el espacio disponible.
Por otra parte el jardín cambia con cada estación del año, no olvidemos que para que el jardín ofrezca interés durante todo el año debemos buscar contrastes de color, texturas, pensar en la caída de las hojas, etc.
En un jardín bien diseñado ninguna planta o estructura es completamente dominante. Los mejores ejemplos se logran cuando todos los elementos juegan su rol y en conjunto se percibe con un sentido de unidad. Acá es importante la proporción entre cada uno de ellos y el resto del jardín.
Una buena idea para iniciar el diseño puede ser tomar un tema principal.
Ideas: jardín de rosas, jardín íntimo, jardín que atrae mariposas, jardín mediterráneo, jardín de sombra, jardín de esculturas, etc.
El tamaño del jardín no implica ninguna limitación. Hay excelentes ejemplos de jardines muy pequeños con un rico diseño utilizando el recurso de las buenas ideas y no de los espacios amplios. Teniendo presente la diversidad y la creación de sectores con riqueza propia.
Renovar el jardín siempre tiene premio, premio para quien lo sueña y para quien lo realiza y también premio económico ya que valoriza la propiedad.
Además de estas razones, conectarse con la tierra y la naturaleza es una ventaja en sí misma. Mirar jardines en busca de su jardín perfecto le enseña a mirar la naturaleza con ojos de paisajista, lo entrena para analizar rápidamente un sitio e intentar las posibilidades, mentalmente antes de plasmarlas en el papel, lo educa formándole un concepto de belleza y armonía que lo acompañaran siempre.
Diseñar el paisaje sea tan pequeño como un jardín hogareño o una extensa pradera, implica instrumentar alternativas para embellecerlo y crear un ámbito acogedor y atractivo, para poder disfrutarlo más placenteramente.
